La protección de datos personales es el derecho que tenemos todos los ciudadanos a que nuestros datos personales no sean utilizados por otros (por lo general, por empresas) sin que se haya obtenido previamente nuestra autorización para ello.
Se trata de un derecho que no es un derecho cualquiera, sino que está configurado como un derecho fundamental (aunque expresamente no aparezca recogido como tal en la Constitución española de 1978) en el que lo que se protege es la privacidad.
Es importante tener en cuenta que privacidad no quiere decir intimidad, aunque sean conceptos cercanos entre sí no son sinónimos y tener derecho a la privacidad no implica necesariamente tener derecho a la intimidad: de hecho, nuestros dispositivos electrónicos, y de forma muy especial nuestros móviles (teléfonos inteligentes), que son los dispositivos que más veces utilizamos al cabo del día, están continuamente recibiendo y emitiendo información, y entre esa información que se emite hay muchísima información personal de sus propietarios.
La realidad es que las personas estamos constantemente comunicándonos entre nosotros haciendo uso de las Nuevas Tecnologías (en adelante, NNTT), teniendo todo tipo de relaciones entre nosotros (de amistad o comerciales, lícitas o ilícitas, etc.) y esa constante y compleja actividad comunicativa que se están produciendo continuamente intercambios de información personal, por lo general en un ámbito público o al menos un ámbito poco reservado (como ocurre en las redes sociales), lo que implica que es necesario que el Derecho proteja a las personas en el ejercicio de esta actividad.
Y ahí es donde entra en juego el Derecho de la Protección de Datos: puesto que los derechos y libertades se encuentran amenazados por la dinámica de la sociedad de la información y puesto que la tecnología no puede garantizar nuestra privacidad (y lo que es más grave, las grandes empresas tecnológicas generalmente no tienen ninguna intención de hacerlo), la manera de poder proteger nuestra privacidad es hacerlo por medio del Derecho, por medio de las garantías jurídicas de que este nos dote.
Así pues, que otros (en concreto empresas y autónomos o profesionales) manejen nuestros datos personales implica que estos otros tienen que cumplir con unas obligaciones legales, de manera que su incumplimiento pueden implicar que se les impongan sanciones.
Así pues, puedo ayudar en dos vertientes:
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Como ciudadano, en asesorarte si tu privacidad ha sido dañada.
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Y para empresas, autónomos y profesionales, os permito poneros al día en vuestras obligaciones con respecto a la protección de datos. Entre mis servicios en este ámbito también se encuentra el de Delegado de Protección de datos.